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TÉCNICAS BÁSICAS DE ENFERMERÍA
En la ayuda a la higiene y aseo no solo se debe saber proceder en
las técnicas, sino que también se ha de procurar observar al paciente
siempre respetando su intimidad y realizando las tareas de manera hu-
mana. Así, se consigue satisfacer otra necesidad básica del paciente:
la
autoestima.
Según lo anterior podemos ver que la
necesidad de la higiene y el
aseo
se considera una necesidad de carácter fisiológico, pero que se
asocia al plano psicológico.
1.2.
El concepto de higiene y aseo
El concepto de higiene es muy amplio. Engloba, por ejemplo, a la
higiene ambiental
(referida al ambiente en el que se encuentre el
paciente: humedad, temperatura, ruido, etc.) o la
higiene postural
(referida a la adopción de posturas adecuadas que eviten lesiones al
realizar una actividad).
Cuando hablamos de higiene o aseo nos estamos refiriendo a la
higie-
ne personal
que queda definida como el conjunto de actividades de
limpieza y de cuidado de la superficie corporal. En este capítulo estu-
diaremos la higiene personal y la trataremos como sinónimo de aseo.
La higiene y aseo del paciente la ejerce el profesional sanitario aplican-
do procedimientos que difieren según el
nivel de dependencia del
paciente.
Los cuidados que realiza son similares si están destinados
a personas ancianas o a las más jóvenes. Sin embargo, respecto a
los
cuidados de la madre y el bebé
tendremos en cuenta distintas
consideraciones que describiremos en el Capítulo 7 “Aplicación de cui-
dados materno-infantiles”.
Dichos cuidados son llevados a cabo gracias a un
plan de cuidados
programado en el centro sanitario (hospital o residencia geriátrica) o en
el domicilio del paciente.
1.2.1.
Niveles de dependencia del paciente
El nivel de dependencia del paciente y la actuación correspondiente
del TCAE en cada caso se expone seguidamente:
❱
Paciente independiente:
posee autonomía para realizar la actividad
higiénica por sí mismo. Debemos supervisar las técnicas que emplea.
❱
Paciente parcialmente dependiente:
necesita ayuda para realizar
las tareas higiénicas. Debemos ayudar al paciente estimulando el
autocuidado.
RECUERDA QUE
La persona que
no mantiene una
buena higiene
ambiental, postural
y personal es más
propensa a contraer
enfermedades o
lesiones.