

Valoración inicial de la asistencia en urgencias
❘
19
pautas concretas y precisas, que pueden diferir de una situación a
otra. También es conveniente recordar que ninguna persona, a excep-
ción de un médico, está capacitada para tomar decisiones frente a un
accidentado o paciente.
Una persona que presta primeros auxilios, de acuerdo con las re-
comendaciones estandarizadas, puede colaborar y ayudar a que la
situación de la persona accidentada o enferma no empeore. No es
conveniente hacerse los héroes o tomar decisiones propias que po-
drían agravar la situación. Es preciso consultar siempre con el centro
coordinador de emergencias sobre nuestras actuaciones.
A continuación, vamos a describir una serie de acciones que como
auxiliadores
no debemos realizar:
❱
Administrar medicación a un accidentado que no haya sido pautada
por el médico del centro coordinador.
❱
Tocar las heridas directamente con las manos si no se dispone de guan-
tes, para evitar contaminar la herida o contaminarnos nosotros mismos
con las posibles enfermedades que pudiera tener el accidentado.
❱
Lavar las heridas profundas (simplemente deben cubrirse con apósi-
tos o paños húmedos y limpios).
❱
Emplear algodón o adhesivos para taponar las heridas.
❱
Coser heridas.
❱
Dar líquidos o sólidos a ingerir por vía oral a personas con alteración
de consciencia.
❱
Mover a personas que hayan sufrido un traumatismo grave como una
caída desde altura o un accidente de tráfico, excepto que en el lugar
exista peligro inmediato, como por ejemplo incendio de un vehículo.
❱
Retirar el casco a un motorista accidentado.
Cualquier persona que acuda en auxilio de otra no debe temer si la
situación con la que se encuentra le supera, por poco que hagamos
en beneficio de otra persona cuando necesita nuestra ayuda, siempre
será mucho para ella, aunque en algunos casos lo máximo que poda-
mos hacer sea acompañarla y tranquilizarla en espera de que llegue la
asistencia sanitaria.
3.
MARCO LEGAL, RESPONSABILIDAD
Y ÉTICA PROFESIONAL
Como ciudadanos, hemos de saber que no solo tenemos la obliga-
ción moral, ética y humana de asistir a las personas que requieran de
nuestra ayuda, sino que estamos
obligados legalmente
a hacerlo.