

Mantenimiento de la higiene corporal
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Fricción
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Se aplican movimientos similares al deslizamiento. Sin embargo, se
ejerce
presión con las palmas y los dedos
removiendo el plano
superficial (piel) sobre el profundo (tejido subcutáneo, músculos y
tendones).
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Su aplicación es en
sentido longitudinal en los miembros.
En la
espalda es de forma circular.
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Dependiendo de la presión a ejercer, se puede realizar
fricción su-
perficial y fricción profunda.
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Proporciona la mayor parte de los
efectos beneficiosos
que hemos
estudiado (estimula la circulación sanguínea, mejora la musculatura
atrofiada, estimula el peristaltismo intestinal, favorece la reabsorción
de hematomas, etc.).
Presión o compresión
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Hay dos tipos:
en un tipo las manos comprimen un área y no se
desplazan. En el otro, las manos comprimen progresivamente una
zona, desplazándose simultáneamente en el sentido del flujo venoso.
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Proporciona, entre otros beneficios:
el vaciado de los drenajes
venoso o linfático, la reducción del dolor, elimina contracturas, etc.
Amasamiento
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Consiste en
pellizcar la piel y los músculos
de forma progresiva por
toda la zona corporal que haya que tratar. Se debe formar una pinza
con los dedos pulgar, índice y medio para sujetar y estirar los tejidos
pinzados del paciente. De modo que se puedan levantar y mover.
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Está
contraindicado
si el paciente presenta
varices, fragilidad ca-
pilar o hipersensibilidad de la piel.
Dependiendo de la cantidad de tejido pinzado,
existen dos tipos:
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Amasamiento superficial:
si solo
se recoge la piel y el tejido sub-
cutáneo
del paciente. Produce calor y eritema local que alivian el
dolor por presión sobre las ramas sensitivas superficiales. Además,
se emplea en la exploración con palpación para descubrir fibrosis.
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Amasamiento profundo:
si
se recogen la piel, los tejidos subcu-
taneos y los músculos
del paciente. Se indica para aliviar la fibrosis.
Además, proporciona elasticidad de la piel y otros tejidos, reduce las
cicatrices queloides, elimina las contracturas musculares, etc.