

Valoración inicial de la asistencia en urgencias
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Hemorragia arterial.
Es la que se produce cuando se rompe una ar-
teria. En este tipo de hemorragia, la sangre sale de color rojo brillan-
te y con fuerza, pero de manera intermitente o pulsátil, coincidiendo
con los impulsos del corazón. Es la más grave porque se puede per-
der gran cantidad de sangre en poco tiempo.
Las hemorragias también se pueden clasificar
según el lugar donde
se expulse la sangre
en:
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Hemorragias exteriorizadas.
Son las que se producen en el interior
del cuerpo, pero que salen a través de algún orificio natural del or-
ganismo. Como ejemplo tendríamos la epistaxis, que es una hemo-
rragia nasal; la otorragia, que es una hemorragia que se exterioriza
sa través del oído; las hemorragias digestivas por la boca (hemate-
mesis) o por el ano (rectorragia).
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Hemorragias internas.
Son aquellas que se producen en el interior
del organismo. No vemos la pérdida de sangre porque no sale al exte-
rior. Pueden revestir gravedad e inicialmente pueden pasar desaperci-
bidas. Se puede sospechar que un accidentado tiene una hemorragia
interna en traumatismos abdominales o torácicos severos y si el acci-
dentado tiene signos y síntomas de
shock
(palidez, frialdad, sudora-
ción, taquicardia, taquipnea, alteración del nivel de consciencia, etc.).
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Hemorragias externas.
Son aquellas donde la sangre se vierte di-
rectamente al exterior a través de una herida superficial en la piel.
Las
consecuencias
de las hemorragias dependen de los factores de
gravedad anteriormente citados y la detectaremos por la afectación
de los signos clínicos:
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Taquicardia y taquipnea.
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Mareos, debilidad.
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Pérdida del nivel de consciencia.
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Visión borrosa y dificultad para atender órdenes directas.
La
actuación
ante hemorragias debe consistir en:
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Control de las hemorragias externas:
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Ayuda a la victimas a tumbarse para prevenir una lipotimia.
◗
Uso de guantes.
◗
Aplica
presión directa y constante
sobre la hemorragia (10-30 min).
◗
Si se trata de una extremidad y no se sospecha fractura, simultá-
neamente a la presión se puede elevar la extremidad sangrante.
◗
Para evitar estar comprimiendo la zona y disponer de nuestras manos
para otras actuaciones, es necesario realizar un vendaje compresivo.
◗
El material que se utilice en la compresión no se deberá retirar
para no eliminar el coágulo que se vaya produciendo. Si se empa-
pan de sangre, colocaremos más apósitos encima.
RECUERDA QUE
Una metrorragia es
una hemorragia de
tipo vaginal y una
rectorragia es una
hemorragia de tipo
anal.